miércoles, 15 de octubre de 2008

Cuando los padres se van...

Hay tantas formas de abandono por parte de los padres, lo único que continúa sintiéndose igual es la soledad en la que quedan los hijos; por supuesto cabe aclarar que los niveles son distintos para cada quien.
Cuando un padre muere, los hijos quedan en el más completo desamparo emocional, ya no habrá con quien jugar, a quien contarle, con quien reñir y a quien pedir un permiso que, de sobra se sabe, no será concedido hasta que la mamá abogue por ellos.
Sin saber como, hay una especie de temor a lo desconocido, es como si todas las noches fueran de tormenta...
Poco a poco, el duelo va terminando, los hijos se acostumbran a dejar de ver esa imagen a diario, al final parece que nunca hubiera existido, hasta que se convierten en padres y buscan en el baúl de los recuerdos para hallar soluciones a los retos diarios de la educación.
Que quede claro que esa sensación de desamparo no se da únicamente en niños, recordemos que todos somos un poco niños en el fondo, el miedo se palpa a los 6, a los 15, a los 30, a los 40 y así sucesivamente, siempre hace falta la imagen paterna.
Caso distinto es aquel que un día decide emigrar, ir en busca de algo mejor para su familia, los hijos lo ven como hace las maletas y el aire se podría cortar con una navaja de tan denso que se torna; todos saben que la casa jamás volverá a ser igual, llegarán las cartas, los envíos, las llamadas, pero él? él cuándo va a regresar?
Así van pasando los años y los hijos van creciendo, el padre tal vez vuelva, tal vez no, tal vez muera en otro país, tal vez forme otra familia, pero siempre hará falta, siempre quedará el recuerdo imborrable del día que se fue....
¿Y cuando la guerra llega a la ciudad? cuando los hijos tienen que marcharse porque es más seguro para ellos irse a refugiar en otro país.
La mayoría de las ocasiones, los hijos no vuelven a tener noticias de sus padres, solo aquel juguete, aquel juego, aquel guiso que quisieran saber hacer como lo hacía su madre, pero jamás queda igual, siempre le falta algo....
Pero,¿ que pasa cuando los padres ni siquiera se han permitido conocer a sus hijos? Cuando les resulta fácil negar su paternidad y marcharse?
La vida es más difícil porque en todas las circunstancias hay alguien que alimentó el alma de esa criatura y de cuyos recuerdos se anclan las nuevas emociones, pero cuando hay ausencia, se tiene que formar la emoción de la nada.
Cuando los padres se marchan, siempre dejan encargada la misión de continuar, o no, su esencia, como decían los viejos "siempre se un hombre de bien" , pero cuando ni siquiera se conoce su esencia es duro formar un buen camino.
Padre es el que cría no el que engendra, pero aún así, es triste muy triste, cuando los padres se van....

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