las lágrimas cayeron, las risas flotaron.
Las canas brotaron, los tiempos cambiaron.
La lluvia cesó, los alhelíes se secaron...
El mar se comió la playa y con ella... la cabaña.
Las sábanas de lino se enmohecieron, terminaron rasgándose.
Los tiempos no se detuvieron, ni se acompasaron.
Los sueños, simplemente volaron a donde pudieran ser cumplidos.¿Me echarías de menos?
¿Me echarás ahora?
Tomadas de la mano, mi alma y yo, nos secamos mutuamente las lágrimas.
Nos abrazamos para calmar el dolor vacío del pecho.
Eras lo último que hubiera deseado perder, y sin embargo, ya ves...
Esta noche no te he perdido, esta noche te he dejado ir...