viernes, 31 de octubre de 2008

Día de muertos

Hoy que venía, presta a ponerme a trabajar en una máquina prestada, porque la mía sigue en huelga, (su sindicato y yo no podemos llegar a un buen acuerdo, en fin, ni modo), escuchaba en la radio el tan trillado verso de "En vida hermano, en vida" y me acordé de todos ustedes.

Después del ataque de cursilería, escuché otro que de verdad me puso a pensar, y sin más ,me dediqué a escribir este correo; la causa? muy simple,me devolvió a la fragilidad de la vida y a la posibilidad de jamás volvernos a ver, pues en este mismo instante lo que acabo de escribir ya es historia pasada.

¡Cuanto tiempo perdido!, ¡Cuanto vacío hay alrededor!

Espero tener la dicha de seguir escuchando sus voces durante muchos años más...
De seguir leyendo sus letras durante más tiempo aún, pues éstas dejarán de ser leídas hasta que yo falte...
Y por supuesto, espero que mis letras continúen siendo leídas por un espacio, corto o no, por sus ojos...

Pero también deseo sepan que cuando sus letras llegan a mis ojos, el alimento que produce en mi alma es tan, tan grande, que inspira a continuar caminando, el saberse amado y aceptado sin peros produce resultados maravillosos.

Es por eso mis queridos amigos que hoy quise dedicarles estas letras, y robarles unos minutos de sus ocupaciones, para lograr ese espacio energético que detiene el tiempo y nos hermana en un instante interminable en el alma y finito en el diario ir y venir.

Con todo mi amor.

La muerte

Dicen que la muerte nos huele el destino, que nos acompaña día y noche sin tregua alguna; a lo mejor. En lo personal, prefiero pensar que nos conoce desde pequeños y se olvida por un tiempo, hasta que de repente se acuerda de nuestra existencia y es entonces, y sólo entonces, que viene a molestar.

Hay diferencia entre las "fiestas de muertos" y la presencia de la muerte; y si no pregúntenselo a mi amiga la doctora de urgencias que a diario y a cualquier hora se pone a discutir con ella para robarle un paciente; todo porque la muerte necia insiste en que quiere llevarse a alguien a su lugar frío y húmedo y mi amiga ( que también es muy necia ) le dice que no, ah! y cuidado que a quien quiera llevarse sea un niño, porque ahí sí hasta despeinadas terminan de lo fuerte que es la batalla; lo bueno es que casi siempre mi amiga es la que gana, y bueno, cuando pierde le da tanto coraje que eso la retroalimenta para la próxima batalla.

En estas fechas los panteones se llenan de flores, comida, juguetes y un poco de vida, en estas fechas, los muertos no se quedan tan solos como el resto del año, las ánimas caminan con más ánimo porque pueden sentir más de cerca a sus vivos, y eso las alegra.

En estas fechas el aire huele distinto, aparte del zempazúchitl y el copal, huele a tiempos de reconciliación a espacios de encuentros, a frío y a dolor.

Es entonces cuando los papeles cambian y las ciudades se mueren y los panteones reviven.

jueves, 30 de octubre de 2008

La primera vez

¿Quién no recuerda su primera vez?

¿Cuántas veces se puede dar la primera vez?

No, no es únicamente la primera vez que hace uno el amor, no; ¿quién no recuerda el primer beso?, el primer trabajo?, el primer noviecit@? sí, ese flaco que no definía bien si era niño u hombre, la primera ilusión.

No siempre lo primero es agradable, pero no ubiquemos tiempo en esencia, sino esencia en tiempo; sí, a veces por tiempo las cosas no resultan del todo agradable, pero lo importante es la primera vez que sucedió con amor.

Cuando vibramos a todo lo que puede nuestro cuerpo, cuando entregamos el alma en una mirada, en un beso, en un acto.

¿Cómo no envidiara aquellos que conservaron y siguen conservando su primera vez?
Aquellos que en el diario acontecer rememoran y alimentan el hecho.
Aquellos que al despertar lo primero que ven es a su primera vez; y que más tarde llegan presurosos al trabajo que aman y que tal vez no fue el primero, pero se convirtió en el más amado pues en él se desarrollan sin contratiempo.

¿Cómo no incluir a los hijos en esta primera vez?, ¿cuántos padres separados al despertar y ver a sus nuevos hijos se preguntarán y los primeros cómo estarán?

La primera vez es diaria, es cuando abrimos los párpados e inevitablemente preguntamos, ¡ por qué amanece tan temprano?, no somos dioses para no sentir cansancio, sobre todo en esta época en que el sol tarda un poco más en salir, sin embargo, esa primera vez es cada respiro que inicia y termina y no sabemos del todo si volverá o no....

sábado, 25 de octubre de 2008

Princesa...

Entre la cirrosis y la sobredosis, andas siempre muñeca,
con tu sucia camisa y en lugar de sonrisa una especie de mueca,
¿cómo no imaginarte, cómo no recordarte hace apenas 2 años?
cuando eras la princesa de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma de hacerme daño...

Maldito sea el gurú, que levantó entre tú y yo un silencio obscuro,
del que ya sólo sales para decirme," vale, dejame 20 duros";
ya no te tengo miedo nena, pero no puedo seguirte en tu viaje,
cuantas veces hubiera dado la vida entera porque tú me pidieras:
llevarte de equipaje...!

Tú que sembraste en todas las islas de la moda las flores de tu gracia
¿cómo no ibas a verte envuelta en una muerte con asalto a farmacia?
¿con que ley condenarte si somos juez y parte todos de tus andanzas?
sigue con tus movidas reina, pero no pidas que me pase la vida
pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde princesa, búscate otro perro que te ladre princesa....

Joaquín Sabina escribió esta canción hace ya más de 15 años, para cualquiera de nosotros, que hayamos estado al borde de la cirrosis o la sobredosis es un mundo muy muy conocido.
¿Cuántos de nosotros no tuvimos el mismo ángel con diferente faz? Ese ángel que siempre pagaba nuestras fianzas o acaso nos daba un baño tibio, (más frío que caliente) para quitarnos la borrachera o hacernos reaccionar del estupor de las drogas en nuestro sistema.
Ese ángel, que de manera cruel nos tallaba la piel vigorosamente para hacernos reaccionar y luego con todo el amor nos metía en su cama para que descansáramos.

Cuando ese ángel nos abandonó fue el momento decisivo en nuestras vidas, o tocábamos fondo al vernos solos por primera vez o bien nos hundíamos más.
Cuando entre lágrimas nos abandonó y nos dijo que estaba hart@ de curarnos las heridas y de sacarnos del atolladero; cuando nos explicó que el seguir a nuestro lado le significaría morir antes que nosotros.

Su mayor prueba de amor fue esa, no llevarnos de equipaje, dejarnos a que la necesidad de su presencia nos obligara a pedir ayuda, a dejar el alcohol o las drogas.

Curiosamente, las menos de las veces ese ángel tiene cara de padre o madre, a veces ni de hermano, las mayoría de las veces es alguien que siempre amó y jamás fue visto, alguien que tendría la suficiente fuerza como para sacudirnos sin llorar, para abofetearnos sin compasión o bien para ser arrastrado a nuestro noveno círculo del infierno, sin chistar, sólo por amor...

Gracias, mil gracias porque sin esos ángeles que lloran en silencio no estaríamos en este momento luchando contra mil cosas más...

Gracias por no permitir que buscásemos otro perro que nos ladrara y seguir ladrándonos.

jueves, 23 de octubre de 2008

No me vencerán!

No me importa verte postrad@ en una cama
No me importa escuchar tus lamentos
No me importa saber de tus miedos...

No me importa que hayas perdido la casa
No me importa que hayan muerto tus hij@s
No me importa que no tengas nada

No me interesa que no tengas cabello
No me interesa que huelas mal
No me interesa que seas una farmacia

No me interesa que el gobierno te persiga
No me interesa que para ellos seas un criminal
No me interesa que te escondas

No me importa que usaras drogas
No me importa que ya no las uses
No me importa que duermas en la calle

No me importa lo que digas
No me importa lo que sientas
No me importa que no me sientas

De cualquier manera TE SIGO AMANDO...
De cualquier manera TE SEGUIRÉ AMANDO...
De cualquier manera NO ME VENCERÁN!

Estress?

Últimamente esta palabreja aqueja a la mayoría de las personas que vivimos en esta ciudad y en cualquier otra, todo el mundo dice que padece estress o stress; que si todo sube, que si los hijos están enfermos, que si la pareja anda en malos pasos, que si ya te despidieron, que si tienes examen; total, que pareciera que el estres, produce más estres.
La vida es simple y llana, no tiene complicaciones en realidad, pero eso se entiende cuando estas en un hospital o separado de tus seres queridos, cuando la biopsia salió positiva, cuando el resultado es positivo y no era eso lo que se deseaba.
Cuando se anhelaba un resultado negativo y te has pasado la noche implorando; cuando escuchas los disparos acercándose al poblado y sabes que pronto habrá que abandonar la casa, cuando el mar se escucha fúrico y la tempestad avanza. Sólo ahí es cuando uno entiende que no importa si se tiene o no un título, si se posee o no una buena cantidad de dinero, nada de eso ayudará.
Es común que en un caso de estress post-traumático (como dicen los médicos, un dolor profundo, como decimos los simples mortales), la persona busque aislarse, suplicando en silencio que no la dejen sola, se siente culpable y sin ánimo de seguir luchando. El entorno se encarga de sostener y hundir más a la persona, algunos se mantienen al tanto de cada cambio anímico, otros se desviven por exigir que se elimine ese mal ánimo, diciendo que "nadie se ha muerto aún"; sin saber que para el afectado el único que se muere es él mismo.
Cuando los resultados son positivos, la situación es contraria, los que siempre dicen que nadie se ha muerto, se dan la media vuelta, escondiendo las frases de lamentaciones y falso apoyo.
Aquellos que siempre están al pendiente inician una batalla al lado de la persona, luchan contra la muerte, luchan contra la naturaleza, luchan contra la guerra...
De cualquier manera, sea por una prueba mayor o una menor, para el afectado la dimensión es igual, la angustia es la misma y el dolor insoportable. Por eso es tan importante cuidar nuestras palabras y actos cuando alguien se encuentra "estresado", pues la palabra mal dicha, puede causar estragos severos, aunque no sea mal intencionada.

jueves, 16 de octubre de 2008

Y luego entonces...?

Pues bien, entonces como es que se solucionan todas estas historias de tristeza, soledad, melancolía, frustración, desesperanza y sobre todo... dolor...?

¿Qué se hace cuando llueve y viene a la mente los recuerdos de la infancia? ¿Qué se hace cuando los hijos están enfermos?, ¿Cuando los recuerdos provocan que las heridas se vuelvan a abrir?

Es entonces cuando lo único que queda es aferrarse a las bellezas de la vida, a sentir la brisa en la cara, el calor del sol en la espalda, cuando hay que volver los ojos a los colores de la vida; sí de esa vida simple que la mayoría hemos olvidado en aras de la rápida vida cotidiana; aquella que los orientales siguen cultivando y siguen amando el sabor de un té verde, el como se inflama la lengua con lo caliente y el pecho se llena de un calor purificador, capaz de atraer la mayor relajación, de como el cerrar los ojos después del primer trago brinda una dimensión extraña, como si el alma se volviera más amplia, como si se expandiera.

La última vez que tomamos té fue de manera rápida y sin saber siquiera de qué era, si era hierba o raíz, flor o compuesto.

Detengámonos pues un minuto en nuestra ajetreada vida, o bien, en nuestra "triste "vida de espera a la muerte, y respiremos profundamente, hasta sentir que los pulmones nos van a reventar dentro del pecho, hasta sentir que la traquea choca con el cuello, hasta sentir que el cuerpo es un límite transparente, fácil de sobrepasar, para así, de esta manera, trasgredir nuestras fronteras y permitir que el espíritu camine en la dirección correcta. .:-x

miércoles, 15 de octubre de 2008

Cuando los padres se van...

Hay tantas formas de abandono por parte de los padres, lo único que continúa sintiéndose igual es la soledad en la que quedan los hijos; por supuesto cabe aclarar que los niveles son distintos para cada quien.
Cuando un padre muere, los hijos quedan en el más completo desamparo emocional, ya no habrá con quien jugar, a quien contarle, con quien reñir y a quien pedir un permiso que, de sobra se sabe, no será concedido hasta que la mamá abogue por ellos.
Sin saber como, hay una especie de temor a lo desconocido, es como si todas las noches fueran de tormenta...
Poco a poco, el duelo va terminando, los hijos se acostumbran a dejar de ver esa imagen a diario, al final parece que nunca hubiera existido, hasta que se convierten en padres y buscan en el baúl de los recuerdos para hallar soluciones a los retos diarios de la educación.
Que quede claro que esa sensación de desamparo no se da únicamente en niños, recordemos que todos somos un poco niños en el fondo, el miedo se palpa a los 6, a los 15, a los 30, a los 40 y así sucesivamente, siempre hace falta la imagen paterna.
Caso distinto es aquel que un día decide emigrar, ir en busca de algo mejor para su familia, los hijos lo ven como hace las maletas y el aire se podría cortar con una navaja de tan denso que se torna; todos saben que la casa jamás volverá a ser igual, llegarán las cartas, los envíos, las llamadas, pero él? él cuándo va a regresar?
Así van pasando los años y los hijos van creciendo, el padre tal vez vuelva, tal vez no, tal vez muera en otro país, tal vez forme otra familia, pero siempre hará falta, siempre quedará el recuerdo imborrable del día que se fue....
¿Y cuando la guerra llega a la ciudad? cuando los hijos tienen que marcharse porque es más seguro para ellos irse a refugiar en otro país.
La mayoría de las ocasiones, los hijos no vuelven a tener noticias de sus padres, solo aquel juguete, aquel juego, aquel guiso que quisieran saber hacer como lo hacía su madre, pero jamás queda igual, siempre le falta algo....
Pero,¿ que pasa cuando los padres ni siquiera se han permitido conocer a sus hijos? Cuando les resulta fácil negar su paternidad y marcharse?
La vida es más difícil porque en todas las circunstancias hay alguien que alimentó el alma de esa criatura y de cuyos recuerdos se anclan las nuevas emociones, pero cuando hay ausencia, se tiene que formar la emoción de la nada.
Cuando los padres se marchan, siempre dejan encargada la misión de continuar, o no, su esencia, como decían los viejos "siempre se un hombre de bien" , pero cuando ni siquiera se conoce su esencia es duro formar un buen camino.
Padre es el que cría no el que engendra, pero aún así, es triste muy triste, cuando los padres se van....

martes, 14 de octubre de 2008

La noche eterna...

Ninguna mujer, ni ser humano debe pasar; el horror de ser un objeto, sentir como la crueldad llega al sumum, paladear el miedo mientras te sepultan vivo; saber que si te mueves, pierdes la vida, escucharlo jadear mientras en la garganta se ahoga un grito, revuelto con tus lágrimas y tu propio asco.Sentir de la forma más dolorosa, lo que debiera ser el placer infinito de la entrega...Suplicar calladamente porque termine lo más pronto posible, parece una vida completa, por qué no se vá? preguntas en silencio, mientras le escuchas la voz asquerosa balbucear un sinfín de palabras confusas ya a la memoria.Cuando finalmente se retira... no sabes definir entre el dolor físico y el moral, estás muerta, condenada a una noche eterna...Pero lo peor viene después, cuando no puedes asomar la naríz a la puerta porque tienes miedo que regrese, cuando te aterra tomar el metro, cuando en cada hombre lo ves. Ahora dependes de la paciencia de tus amigos para intentar sanarte, tal vez no del todo, pero ya han logrado que vuelvas a la escuela.Lo peor es cuando intentas volver a hacer el amor, ya no eres la misma, jamás volverás a serlo... Te ha convertido en su prisionera, has aprendido a disparar un arma de alto calibre, tienes permiso para ello, te sabes todas las técnicas de defensa personal y estudias un arte marcial; además sabes bien ahora como matar a una persona.Pero el tiempo todo lo cura o cuando menos lo suaviza, lo cicatriza, aunque la cicatriz sea queloide y enorme, forma adherencias en el alma...Poco a poco el tiempo difumina la faz, el timbre de la voz y, afortunadamente, el olor...La vida sigue su curso y a veces compensa, porque entrega lo que faltó en el momento.Es terrible cuando nadie te cree, pensando que es imposible porque no te molieron a golpes, es más ni un moretón te dejan, el estudio del médico legista no decía lo mismo: Abrasión, desgarres y hematoma por penetración vaginal... un término muy largo para describir a un animal.
Cuando el tiempo pasa, intentas retomar tu vida y caminar en sentido opuesto, encuentras el perdón, primero a tí, luego a él y por último al que no supo estar.Caminas y empiezas a amar y a creer de nuevo en la humanidad, aceptas trabajar para ella, para intentar que nadie lo tenga que pasar alguna vez.

jueves, 9 de octubre de 2008

Gracias...

Cuando somos niños siempre nos dicen, "dí por favor y da las gracias", cuando somos niños volteamos a ver a quien nos lo dice con una cara de extrañeza, como si nos estuvieran hablando en arameo o alguna otra lengua muerta.

A los niños el agradecimiento se les da por naturaleza, no necesitan de formulismos, sienten lo que hacen y viceversa




Cuando uno crece las "gracias" como nos decía mamá se convierten en un mero formulismo, poco a poco la palabra se va vaciando y deja de tener sentido.


El agradecimiento se vuelve algo que pretende alcanzar uno día a día, no es sólo el decirlo, es lograr sentirlo.


Cuando se vuelve uno adulto decir gracias no es solo a base de palabras, se da con hechos y actos, un abrazo, una llamada, el organizar las comidas de los cumpleaños y aniversarios de los familiares y amigos, sobre todo de los amigos pues estos últimos se convierten en los hermanos del corazón.



Cuando uno crece el agradecimiento se vuelve tan efímero como un escrito en la playa, es fugaz, en cuanto llega la ola se borra y se la lleva, pero lo que deja en el alma es para siempre: cada vez crece más el alma.

Al decir gracias, de cualquier manera, siempre se produce una reacción en cadena, decir "gracias" produce agradecimiento en el otro y en el otro y en el otro...

Por eso nuestras madres siempre nos decían :"dí por favor y gracias"

miércoles, 8 de octubre de 2008

La tristeza nunca se va del todo...

A veces, por más que uno quisiera levantarse y enfrentar al mundo en todos sus retos, es imposible...



Un recuerdo, una frase, una imagen; de cuando se era más joven, de cuando tenía uno el mundo a sus pies, de cuando las mayores tragedias solo consistían en uno que otro tropiezo con los novios, un permiso no otorgado para salir el viernes en la tarde o tal vez hasta un examen reprobado.



De que manera cambia la vida a tan temprana edad? Cómo un muchachillo de 16 años puede tomar una decisión tan terrible, sumiendo a los que lo rodean en un halo obscuro de duda y temor...



Justo en ese momento se termina la sencillez de la vida, justo en ese momento deja de tener importancia el que se cancele una fiesta, que no haya permisos para ir al cine, que el novio no llame...



A nosotros nos cambió la vida la muerte de alguien de nuestra edad, el momento es trágico para cada quien, desde el ángulo en que lo vive.



Para quien haya pasado el infierno de una violación, el dolor de la orfandad, el truncar la carrera para empezar a trabajar, a cada quien su tragedia y a cada quien su dolor.



Es ahí donde el hombre comienza a ser hermano, justo en el instante donde deja de burlarse y siente casi al mismo nivel del otro.



A cuántos de nosotros no nos dijeron que la decisión de un suicida es de cobardes? A cuántos nos permitieron llorar? Y a cuántos nos hicieron callar?


Estoy segura que las hadas guiaron su camino a dimensiones más puras y menos dolorosas, esa es mi esperanza.




Los años pasaron, las canas aparecieron, también las arrugas, pero la tristeza nunca se va del todo, a veces... se queda bajo la piel...











martes, 7 de octubre de 2008

Noches de enfermedad

Cuando los hijos estan enfermos, parece que el tiempo se detiene; los ojos de las madres no descansan, probablemente se queden cerrados durante un lapso corto o largo; en el subconsciente siguen pensando que su hijo esta enfermo y que si no amanece pronto, probablemente empeoren.

No entienden porque dicen los médicos que en la noche se agravan los pacientes, simplente en la noche es cuando tienen fiebre más alta, cuando la tos se seca más y cuando la obscuridad no permite que las cosas sean del todo claras.

Estas mujeres han visto morir a sus padres, biológicos o no, a sus parejas, el dolor no es comparable con aquel que produce escuchar al hijo llorar de dolor. Es un dolor distinto, no es como cuando se caen y se raspan una rodilla o cuando se les ha caido el dulce, no, este es capaz de desgarrarles el alma

Cuando finalmente amanece, los hijos han podido dormitar un poco, igual ellas, la luz del nuevo día trae consigo nuevas esperanzas y la ronda de los médicos se escucha en los pasillos...
Una mirada, un consuelo, las noches de enfermedad se acortan, los hijos mejoran, pero las madres no dormirán hasta no ver a sus críos correr de nueva cuenta...

lunes, 6 de octubre de 2008

Lluvia

Llueve, llueve, Uy como llueve! Así decía la canción de cri- crí cuando era una niña pequeña, recuerdo que en esa edad me fastidiaba tanto que lloviera, porque automáticamente, la tarde se había echado a perder; con el paso de los años empecé a amar la lluvia, ver llover a través de los cristales del auto o de cualquier habitación, incluso caminar bajo la lluvia era un placer; llegar a casa a ducharse con agua caliente y sentir en el cuerpo como el agua fría continuaba corriendo por él, al paso del agua de la regadera.
Los años pasaron y empecé a comprender la magnitud de la lluvia, dejó de gustarme... comenzó a producirme tristeza, una tristeza tan grande como cuando el cielo llora por horas.
He empezado a comprender que las situaciones climáticas van de la mano de la edad de cada persona, ahora la lluvia es un poco molesta, pero no como cuando era niña, no, es más bien porque consigo trae tristeza, nostalgia...
Debe seguir lloviendo, "sin agua no hay vida" dicen los científicos, pero también con agua no hay vida.
Lo curioso es que las edades insisten en seguir iguales, los niños, apenas deja de llover y se asoma el primer rayo de sol, salen corriendo a saltar en los charcos, es ahí donde todo vale la pena, cuando se escuchan las risas que lo llevan a uno a recordar ese patio viejo, mojado e iluminado con los rayos tenues del sol del atardecer y al fondo, si ponemos atención podremos escuchar:
"Llueve, llueve, uy como llueve!"