miércoles, 10 de diciembre de 2008

Puedo ser

Esta mañana me desperté con el sueño en los ojos y la luz del día en mi ventana,
me percaté que puedo ser mil cosas y una más...

Que puedo ser tu odio, tu rencor,
puedo ser tu luz, tu noche,
tu espacio y tu tiempo...

Puedo ser tu necedad y tu astucia,
tu estupidez y tu brillantez,
tu resaca y tu sobriedad...

Puedo ser tu mañana y tu pasado,
tu duda y tu certeza,
tu puerto y tu océano...

Será que puedo ser tu cadena y tu libertad,
tu fiebre y tu hastío,
tu esperanza y tu sueño...

Puedo ser tu noche y tu día,
tu invierno, tu miedo,
tu paz y tu infierno...

Puedo ser tu principio y tu fin,
tu pasión, tu delirio,
tu ilusión, tu martirio...

Puedo ser...?

viernes, 5 de diciembre de 2008

O. I.

Durante años engañé a mis parejas,
con tu recuerdo en la mente.

El olor de ellos era el tuyo,
y sus caricias eran las tuyas.

Cuando sus brazos me estrechaban,
mi aliento sucumbía en el tuyo.

Creo qe jamás se percataron,
mi mente era la única que asfixiaba
con sus culpas.

Y cuando volví a tus brazos,
a tu aliento,al sabor de tus labios,
el engaño se detuvo.

Mi alma estaba ahora justo donde quería estar,
vivía al lado del aura que anhelaba.

Ahora cuando veo como se apaga todo,
cuando tus brazos no me estrechan más,
y tus labios cada vez son más gélidos,
me pregunto si habrá valido la pena,
sacrificar ese engaño placentero.

Tal vez sí, más vale recordar que añorar,
aún cuando el recuerdo se torne de lo más amargo...

Aún cuando el recuerdo vaya a provocar que jamás
jamás, vuelva a engañar a alguien más,
intentando robarte un poco...

Matrimonio o unión libre?

Cuando veo las parejas pasear, recuerdo mi juventud, cuando igual que ellos tenía mil ilusiones y emociones.

De siempre supe que el matrimonio le pondría punto final a ese estadío de ensueño.
Parece mentira como la cotidianeidad ahoga la pasión;sin embargo, conozco parejas que viven juntas sin papeles ni ataduras, bajo su propia ley.

Ellos no han agotado un sésamo de las reservas de su amor y su pasión. Han visto crecer a sus hijos y los han entregado a la vida; continúan inamovibles.
Me pregunto si tendrá que ver el saber que no necesitan de un abogado, simplemente, el día que uno de ellos quiera partir, con hacer su maleta le basta para cerrar el ciclo.
Estoy segura que viven juntos por convicción y no por obligación.
Caso contrario es el matrimonio, siempre hay un punto de venganza legal si no se llega a un acuerdo.

Que si hay hijos hay que fijar la pensión...
Que si uno de los dos tiene mejor salario tiene que ayudar al otro...
Que si no se divorcian caen en adulterio...
Que si se van sin decir nada más, demandan y hasta la cárcel pueden llegar a visitar...

En cambio, si se vive bajo las propias leyes, el día que se muere el amor, se murió y ya, y la gente se va y ya!
Se queda cada quien con su dolor y su duelo. No pasa nada más, si hay hijos cada quien tendrá su responsabilidad (o irresponsabilidad) entendida.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Un parque

Hay momentos en que el tiempo no pasa, y eso sucede a menudo con los niños. Cuando uno decide pasar el tiempo en un parque es aún más notorio.
Siempre, afortunadamente, habrá lo mismo: aves cantando, fuentes con agua brotando, (que ahora se duda de su sano tratamiento) neveros con su carrito de paletas, perros con o sin dueño, ancianos que toman el sol, parejas que se promulgan su amor a los cuatro vientos y... niños! sí, muchos niños que juegan con pelotas, cuerdas, bicicletas, loas más osados con patinetas. El tiempo de los trompos y el balero quedó atrás cuando mi abuelo era niño, sin embargo, los parques no han cambiado mucho; por fortuna no los ha inundado la tecnología con sus dichosas consolas de video juego personal.
Aquí los niños siguen corriendo tras su pelota o su perro, siguen riendo al lado de sus padres, hermanos y amigos, y sí, también siguen llorando cuando se tropiezan y se raspan las rodillas o los codos.
Los niños, por gracia universal, siguen siendo niños pase lo que pase, y un parque es la mejor manera de conocer esa dimensión inalterable.

¿Para qué esperar más?

Cuando la tristeza se ha estancado,
cuando el desasosiego se ha mudado a la cama...
Cuando por más esfuerzo y entrega que se haga,
de cualquier manera todo se apaga...

Y desde ese momento, la nostalgia es fiel compañera,

¿Para qué esperar más?
Si de una u otra manera los fantasmas siempre afloran
y comparten la cena todas las noches

¿Para qué esperar más?
Si el único aliento son los recuerdos de tiempos pasados

¿Para qué esperar más?
Si las memorias ajenas son ahora las propias,
y cada paso se convierte en una tormenta.

La última vuelta del citrillo
ha marcado el nuevo destino,
aún cuando el camino se vislumbre de lo más triste,
pero... para qué esperar más?
si la estancia a su lado ya esta llena de minas emocionales
y por más buena voluntad...ya no hay marcha atrás.

Por eso mismo, ¿para qué esperar más?