jueves, 5 de febrero de 2009

¿A quien has amado en verdad?

Superado el trance, por primera vez tras años, asimilé la situación...
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi alma se heló: Aquella vez, aquel día, una confusión en la redacción.
Mi pobre amigo!,debe haberlo pasado muy mal,¿mira que hablar de desconectar del respirador! y lo que para los cercanos era gozo,para él resultaba angustia y pesar.
No, la historia no era muy larga, pero merecía llamarse historia ya.
Por su expresión meses después debo suponer que toda esa historia pasó frente a sus ojos en instantes.
Las imágenes son cruentas al visualizar al amigo eterno e incondicional, rodeado el féretro de sus flores favoritas y en la solapa o alrededor del cabello los lirios silvestres que tanto aman ambos. ¡Cómo imaginar la vida en su ausencia ahora?.
¿Cómo no recordar que siempre pidió que no llevaras flores cada que regresabas? si lo único que se buscaba eran las risas compartidas en cada lugar.
Y tras los lagos y mares, montañas y conventos; tras las lentes de la cámaras y los amaneceres azules; el calor embriagante del pantano y la brisa de la cascada.
Tras todo eso...un dolor profundo profundo, horas de rezo, horas de llanto, horas de miedo, horas de súplica.
¿Cómo fue que al enterarse del grave error de redacción todo eso se aglutinó en memoria de dolor, se esfumó y a su paso dejó un silencio perturbardor?

Y al día de hoy, cuando amanece por fin, me pregunto y te pregunto:
En la historia de tu vida, a quién has amado en verdad?
Y te reto a que te tomes los minutos necesarios para acomodar a cada quien donde debe estar. Pues mantenerlos en desorden obedece a la más alta traición para aquel que es amado en este momento de nuestra gran historia.

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