viernes, 27 de febrero de 2009

Amame cuando menos lo merezca, que es cuando mas lo necesito...

"Ámame cuando menos lo merezca que es cuando más lo necesito"; esta era la frase continua de mi maestro, un hombre sabio por completo, nació hace muchos años en Japón, de ahí la vida lo llevó a China, a India a Europa y finalmente a América.
Conoció todas las religiones, todas las doctrinas políticas, conoció la esencia pura del hombre.
Su dedicación a servir al hombre lo llevó a estudiar medicina, aprovechó su paso por China para aprender acupuntura y por Europa para perfeccionar su técnica de rehabilitación física.
Era un hombre muy rico, aunque siempre sostuvo aquello de que lo mejor de la vida es lo que te brinda la vida, aquello que no se puede comprar con dinero; hablaba del placer de servir, prefería servir el sake a que se lo sirvieran.
Siempre decía que había que comer bien, beber bien y respirar bien; la mejor cobija es la del sol y el mejor aliento el de la brisa...
No había nada más importante que sus hijos, nada más importante que la vida de otro ser.
Decía que cuando una persona se torna insoportable, mala, cuando deja de caernos bien, cuando no entendemos porque es tan distinto si antes era un alma gemela, cuando tenemos deseos irrefrenables de alejarnos y dejarlo a la deriva; es entonces cuando esa persona más necesita de nuestro amor y nuestra paciencia, porque su alma se halla en un lugar muy muy obscuro, pero teme molestar con sus quejas si lo confiesa.
Decía que el silencio es el mejor testigo de que el dolor es dueño de su alma.
Lo último que hablé con él fue cuando cambié de carrera para dedicarme a la familia, su respuesta es la adecuada,aunque los demás se harten de decir cuan estúpida es la situación.
"Valora las cosas, pesalas siempre ante los ojos de Dios"
Ayer lo cremamos...

1 comentario:

  1. Animo... Solo se fue el vehivulo visible a los ojos humanos, mas su escencia perdura por una eternidad...

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