La última guardia sucede cuando cae en servicio alguien perteneciente a algún grupo de rescate o fuerza pública.
Es la única ocasión en que las sirenas de todas las unidades se escuchan en un lamento continuo, es la única vez que no corren intentando salvaguardar una vida, por desgracia, también es la única ocasión que los autos se hacen a un lado y permiten el libre paso de ambulancias, carros cisterna, patrullas y carro de mangueras.
Arriba, en la unidad de mangueras o en la ambulancia de equipo de rescate va un féretro, cargado de flores, rodeado de coronas.
Minutos antes, se leyó la lista de presente en el cuartel, tomando en cuenta el nuevo grado, otorgado post-mortem a aquel que ya no responderá, pero por el que respondemos todos los que seguimos avante.
Al llegar al cementerio, el ulular es más largo aún, es un minuto y medio donde las sirenas se vuelven una, donde el reclamo a la tierra o al fuego no cesa.
Es cuando se termina la última guardia...
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