miércoles, 2 de septiembre de 2009

Te seguiré en la obscuridad

Te seguiré en la obscuridad.

En esa la más densa de la noche, cuando la guardia se hace cada vez más pesada.
En esa hora terrible cuando las hipotermias inician, cuando la muerte corre a nuestro lado, cuando los recién nacidos aparecen envueltos en trapos sucios, abandonados en los basureros.

En esa hora maldita cuando hallas a las mujeres violadas, a los jóvenes ebrios tras el volante de un auto chocado, cuando te preguntas si el mundo mereciera otra oportunidad.

Justo antes que la criatura desfalleciente a la cual envolviste con la camisola y la calientas contra tu pecho, se aferra a tu dedo, como implorando por tu compañía, porque le des una oportunidad.

Desde ahí te acompañaré a la obscuridad para volver a caminar.
Ahora, sabiendo cuan vulnerables somos y como nuestra divinidad desaparece tras abandonar el quirófano.

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