miércoles, 29 de julio de 2009

No me he muerto... aún...

No he abandonado del todo mi cuerpo físico, para desgracia y fastidio de algunos, pena y desazón de otros, no me he muerto, pero sigo de licencia.
Si me he mantenido aquí no ha sido gracias a ninguno de ustedes, sino más bien a mi necedad y necesidad de entregar todo en perfecto orden, de no dejar atrás ninguna deuda de tipo moral, porque financieras no creo poder terminarlas a tiempo.
En estos días me he entregado de lleno a la miseria de mi ser, he escuchado de todo y de todos, he dejado de creer en lo que siempre había creído; bueno he hasta dudado de los orígenes de mis causas perdidas.
Hace unas horas perdí uno de mis últimos bastiones, se fue a la basura como se ha ido todo en estas semanas, ( lo curioso es por qué no puedo encontrarlo?, si ahí, en ese basurero emocional es donde vivo desde hace tiempo ).
Mi cuerpo dejó de producir serotonina, se le olvidó que tenía la obligación de mantenerme viva a costa de lo que fuera.
Comencé a soltarme, a despedirme; todo comenzó por una súplica de cariño,tropecé y no hallé lo que buscaba, poco a poco me fui despidiendo sutilmente de las personas que afectuosamente habitaban mi corazón; con pena fui hallando como, no sólo había pocas, las pocas que había vivían sin siquiera notar mi ausencia.
Me he aventurado en muchas, muchas cosas, en todas he fracasado, hija, hermana, pareja, madre, profesionista, bueno hasta una periodista se atrevió a juzgar mi labor médica!. Hay quienes nacen creyendo en ellos mismos y habemos otros que ni en nosotros creemos.
Sé perfectamente que en el mundo hay miles de necesidades: hambre, guerra, odio, muerte, miseria, racismo, y comparado con todo eso mi queja se escucha como la de un niño que ha tirado su caramelo, ya no me quiero callar, ya no quiero ser prudente, tengo derecho a gritar, a llorar y vociferar todo el amor que necesito y que si bien es cierto, ni siquiera sé como recibirlo, ni como pedirlo, también es cierto que necesito saberme amada, respetada y reconocida, justo un minuto antes de partir.

3 comentarios:

  1. La miseria de un ser, fracaso, ... ¿qué significa eso?...
    Tal vez significa que como amigos y compañeros en el camino, no hemos sabido caminar a tu lado; vemos y queremos que nos atiendas, que nos cures, que nos escuches...a nosotros SOLO A NOSOTROS, y nos olvidamos del ser humano que vive en tí.

    Nos olvidamos de que tu también sientes, sufres, lloras y que también necesitas que alguien te escuche y que, aunque no comulge con tus ideas, entiendan que existe un sin fin de formas de pensar y de actuar, que existen ideologías diferentes y no solo por moda, y que como ser humano vales, pero como persona vales muchisimo más que muchos de nosotros...

    Miseria de un ser, fracaso... ¿tuyo?... yo mas bien pienso que es nuestro...

    ResponderEliminar
  2. "No hay límites, sólo los pensamientos te limitan y sobre ellos quien manda eres tú, nunca estas demasiado viejo, demasiado enfermo, demasiado herido, nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo, lo más maravilloso de tu existencia esta dentro de tí misma, y al ser consiente de ello, estarás más viva, busca más alla de ti, vé tu vida como una película y elige el momento más feliz de ella, mira la imagen y aferrate a ella, respira, respira, escucha tu corazón mientras te aferras a tu momento feliz. Nada ni nadie, tiene poder sobre tí más que tú misma.

    Mi mano esta extendida para que te tomes de ella y te levantes, mis brazos estan dispuestos a recibirte, no pondré una bandita en tus heridas, no, esta vez las lavaremos, las tallaremos y les pondrémos limón, para que de una vez cicatricen, sí, te quedarán las cicatrices pero cuando te pregunten dirás que son "heridas de guerra".

    Dime, ¿qué hago?, gritame,odiame,golpeame pero dejame ayudarte. Dejame contenerte. Dejame tomarte la mano. No estas sola!

    Cuando sientas que no puedes más, respira más hondo, llena tus pulmones de aire y continua. Fuerte, patea y estirate a la vez, si logras hacerlo te mantendrás en equilibrio por siempre.

    Mi mano esta extendida para ti.
    Avith

    ResponderEliminar
  3. Querida, sabemos que el paso es eso, un paso, seguro estoy ya terminaste y a donde vayas, te encontraré de nuevo.
    Es momento, el mar te acompañará, ninguno seremos iguales, tu aprendizaje termina y el de los demás inicia.
    No confundas la prueba máxima con la final; tal vez el diablo te espera para enfrentarte, a la muerte la traemos a diario al lado, en especial tú, tal vez es momento de ponerte frente a ella para después poder darle la espalda.Pero la batalla es tuya solamente.
    Y si pierdes, nos hallaremos más allá de la Luz, te lo prometo.
    En mi soledad marina, mis recuerdos te acompañan.

    ResponderEliminar