miércoles, 2 de septiembre de 2009

Diez años

Fuiste mi ave encantada, mi motivo de lucha interna,
intrínseca y cruel, mas justa y sana.

Con la despedida te convertiste en mi lucero, alumbrando mis noches obscuras,
mis días de llanto.

Jamás te volví a encontrar en alguien; aunque caminabas a mi lado, despeinando mi cabello.
Viví a tu lado, creí morir igual.

Tu ausencia presente me enseñó...tu presencia ausente me alentó.

Hace una década, dos lustros o diez años.
La mayoría se ha olvidado.
En mí tu vuelo no se ha detenido, porque estás conmigo,
aunque no estés conmigo

No hay comentarios:

Publicar un comentario