miércoles, 14 de octubre de 2009

Los caidos

Hoy me vino a la mente el recuerdo desagradable de años atrás; será acaso por el constante rondar de los helicópteros en las últimas horas...

Recuerdos de una noche como cualquier otra, justo cuando se es joven y se cree firmemente en las disposiciones de una organización.

Te acuerdas cuando se nos cayó el helicóptero?
La sala de urgencias era una verdadera locura...
Las transfusiones, las sierras, los monitores.

El único instante en donde el paciente toma un segundo plano es justo cuando uno de nosotros cae; el tiempo se detiene, nos empapamos en sangre y sudor para intentar arrebatarle a la muerte a nuestros compañeros.

Al final cuando los hemos dejado en manos de los cirujanos, comienzan las preguntas:
Por que? Cómo? De que manera? Lo lograrán?

Es el momento de perder el control, algunos lloramos, algunos vomitamos, nos traiciona el sistema parasimpático y el neurovegetativo. Somos unos niños.

Y cuando alguno de nosotros solicitó asistir, la impotencia nos embriagó justo cuando escuchamos al maestro declarar la hora de la muerte.

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