La interpretación siempre será personal, alimenta o destruye, según sea el momento oportuno para cada lector. Catarsis, opinión, duda, pasión, emociones puras todas. Todas dignas de leerse, todas dignas de interpretarse libremente. La visión de cada lector, jamás se acercará siquiera a la del autor, esa es la función, permitir escudriñar en diferentes mundos, en los cuales, yo soy responsable por lo que escribo y usted por lo que siente al leer.
viernes, 16 de octubre de 2009
20 años
Tuvieron que pasar 20 largos años, momentos de amplia tristeza, de premura, de incertidumbre, de penumbra.
20 años preparando un cuerpo, una mente, un espíritu para poder entender.
Las cuerdas no corren con tanta facilidad, la asfixia provoca hematomas, las petequias del estrangulamiento manchas en los labios y los párpados.
La expresión es terrible, angustia reflejada.
Cientos de casos observados, ni el mejor embalsamador podría corregirlos.
Cuando el cuello se rompe, a nivel de la 3ra. cervical, la muerte viene instantánea, casi sin sentirla, como un licor suave, como un elíxir embriagante.
Como un mero accidente, como un juego descontrolado.
Pero tuvieron que pasar 20 años para poder entenderlo, sin creer que mi mente era la causante de estos pensamientos.
20 años para creer que las voces escuchadas, las sensaciones y las visiones no eran producto del dolor, sino de una realidad tangible que ocurre frente a mis ojos, plena de fundamentos.
Aceptar la dimensión desde donde esta y desde donde sucede la vida en otro plano.
Aceptar las injurias y los malintencionados comentarios que suceden desde este plano.
20 años de ausencia y apenas pude llorar sin temor a equivocarme, al fin sabemos lo que ocurrió aquella noche y en aquel cuarto, ¿verdad?
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